sábado, 8 de agosto de 2015

ARTICULO DE GABINETE REFRENDO EN LA REVISTA SALA DE TOGAS Nº 71


INFORME PERICIAL GRAFOTÉCNICO, DOCUMENTOS VÁLIDOS PARA REALIZAR UNA PERICIA CALIGRÁFICA

El propósito de este artículo es hacer una reflexión sobre los documentos, como el objeto material de la investigación pericial sin olvidar que suelen ser instrumentos de tráfico jurídico.
El término documento admite diversas definiciones:

Según el Art. 26 C.P. se considera documento todo soporte material que exprese o incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro tipo de relevancia jurídica.
En el ámbito pericial documento es todo objeto cuyas cualidades físicas o contenidos sean susceptibles de analizarse con diferentes métodos, para llegar a establecer su autenticidad, su autoría, su estado o su origen.

Esta última definición incluye posibles contenidos en el documento, que no fueron plasmados con voluntad de comunicación, como son huellas dactilares, restos de fluidos, manchas, marcas de grapas o clips, dobleces, arrugas, olores, residuos y gérmenes. La investigación determinará si el documento cuestionado ha sufrido manipulación, cuál es su procedencia, su autor o donde ha estado, entre otras cuestiones. Por consiguiente se han de aplicar las diversas técnicas de Criminalística que correspondan en cada caso.
La Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) define la DOCUMENTOLOGÍA como el conjunto de procedimientos científicos y técnicos aplicados a la investigación del documento con el fin de demostrar su naturaleza, origen, autoría, medios materiales con que se compuso, etc.
Nos encontramos generalmente con dos tipos de pericias documentales:

-       Pericias caligráficas, en las que intervienen manuscritos, firmas, cifras, anónimos, etc. Entre ellas las más comunes son las determinaciones de autenticidad o falsedad de firma, identificación de anónimos, autenticación de testamentos ológrafos y otras más complejas donde se nos solicita, si un texto, palabra, o línea fue añadida con posterioridad y si fue escrita por la misma mano y persona.

-       Pericias documentoscópicas, las que afectan al documento en sí, lo alteran en parte o en todo, tipos de impresión mecánica, sellos, fotomontajes con escáner y fotocopiadoras, obras de arte, discriminación de tintas, supresiones, borrados, añadidos y en general cualquier material susceptible de ser falsificado.

Se presentan algunos casos donde el continente y/o el contenido del documento cuestionado, han sido modificados para intentar conseguir el fraude, que dan lugar a periciales complejas. Es fundamental que el perito, si tiene opción a ello, elija los documentos indubitados más adecuados para el cotejo, ya que de su correcta selección va a depender en gran medida la posibilidad de investigar todos los detalles necesarios para llegar a conclusiones categóricas en su informe.
El examen de contenidos en soportes digitales como cintas de video, grabaciones de audio, cds, discos de ordenador, etc., solo perceptibles a través de instrumentos específicos de reproducción, requiere la intervención de otras especialidades de la Criminalística.

SOLICITAR SIEMPRE ASESORAMIENTO ORAL DE VIABILIDAD

DETERMINACIÓN DEL GRADO DE IDONEIDAD DE LOS DOCUMENTOS

Se entienden los que están realizados en similares condiciones en cuanto a:
-       Formato
-       Clase de soporte o papel
-       Tipo de útil de escritura

Un papel pautado o cuadriculado induce al escribiente ajustarse a las líneas, modificando y no manifestando la tendencia natural de su escritura.
Papeles más satinados o más rugosos provocan que algunas personas modifiquen sus trazos.
Algunos factores gráficos se ven alterados según el útil de escritura que una misma persona utilice. Son apreciables las diferencias de escribir con útil de tinta líquida a utilizar un bolígrafo de tinta convencional.
Por tanto la situación física en que se desarrolla la escritura es determinante en el resultado final del grafismo, por lo que se deben plantear igualdad de condiciones.

·         Que la escritura sea espontánea

Las variables que en conjunto definen la espontaneidad como cualidad de la escritura natural y auténtica de una persona son la velocidad, el ritmo y la presión. Hay que tener en cuenta una salvedad importante, ya que se pueden presentar escrituras lentas, deterioradas o temblorosas que sean espontaneas y auténticas, tal es el caso de personas enfermas, ancianas o semianalfabetas. Contrastando diferentes escritos de la misma persona nos permite valorarlo correctamente.

La escritura espontanea presenta las siguientes características:

-       La velocidad y la presión son variables
-       Trazado decidido que avanza resueltamente a lo largo del renglón hasta alcanzar el margen derecho
-       Escritura sencilla o simplificada
-       Ausencia de temblores, retoques y enmiendas, sin paradas innecesarias
-       Barras de la t y signos de puntuación adelantados
-       Homogeneidad de las grafías
Por el contrario la escritura no sincera o falseada manifiesta:
-       Lentitud e indecisión, presión uniforme en el trazado
-       La baja velocidad indica generalmente falta de naturalidad
-       Presencia de retoques, empastamientos y torsiones
-       Diferencias vacilantes en las formas de las letras
-       Diferencias ostensibles de la calidad en el trazado

·         Que sean los originales

Es necesario facilitar al perito calígrafo los documentos originales, tanto los indubitados, no hay duda de su autenticidad, así como los dubitados que son el objeto del dictamen pericial.

Una firma o texto original siempre va a facilitar la investigación en la medida en que no nos vamos a ver limitados a la hora de estudiar uno de los aspectos más importantes en un cotejo pericial como es la presión, entendiendo ésta como la mayor o menor fuerza que se ejerce cuando el útil escritural entra en contacto con el soporte gráfico.

Si por alguna razón ya no existen o no aparecen, se debe especificar en el informe, adjuntando las copias disponibles. Las fotocopias, copias al carbón, papel autocopiativo y fotografías, dependiendo de su calidad y nitidez, son adecuadas únicamente para realizar estudios preliminares, cuando no existe el documento original, excepto en casos singulares. Por tanto no se consideran en principio aptas, ya que los elementos a analizar suelen encontrarse distorsionados o deficientemente reproducidos, impidiendo apreciar con claridad la estructura de los signos a examinar. Tales circunstancias dificultan la realización de la pericia de forma científica y minuciosa.

·         Cantidad

En principio cuantos más mejor. Las cualidades gráficas del escritor son determinantes, el nivel de destreza, el grado de estabilidad o variación, pueden facilitar el trabajo con pocos documentos, o por el contrario impedir un análisis fiable.
Deben solicitarse más muestras a un autor hábil y fecundo en variaciones de escritura, que a otro cuyas grafías acusan uniformidad evidente o que tenga dificultades para escribir.
La naturaleza del contenido también determina el número necesario de muestras. Por ejemplo, la cantidad necesaria para establecer la autoría de un grafiti, o de un anónimo será mayor que para identificar una máquina de escribir o un sello de caucho.

LOS DOCUMENTOS AUTÉNTICOS SON DE CONTENIDO Y PROCEDENCIA RECONOCIDA

·         Que sean auténticos, equivale a decir indubitados.
Son los documentos de contenido y procedencia reconocida. Nos ofrecen las mayores garantías los emitidos o compulsados por organismos públicos y cuyo texto acredita la personalidad del sujeto cuestionado. La ley admite como indubitados aquellos que reconozca la parte a la que pudiera perjudicar. Es conveniente que cada documento aportado por las partes como indubitado sea reconocido por quien dice ser su autor.   
·         Que preferiblemente sean coetáneos
Es decir, que todos los documentos que se utilicen sean de épocas próximas, ya que con el transcurso del tiempo las personas van modificando su letra y firma debido a diversos factores de tipo transitorio o permanente, físico y/o anímico. Algunas dolencias influyen en la motricidad escritural. Los manuscritos realizados entorno a dos años, antes o después, de la supuesta fecha del documento cuestionado, van a permitir comparar y evaluar con más detalle las constantes y variantes del gesto gráfico, obteniendo de esta forma los mejores elementos de juicio para emitir el dictamen.
Igualmente es aplicable el mismo criterio en los casos de escritos realizados con impresión mecánica, ya que también estos dispositivos son susceptibles de sufrir cambios a lo largo del tiempo.

·         Poder analizarlos en el laboratorio con tiempo suficiente
Investigar documentos en profundidad requiere generalmente la utilización de medios técnicos que no se trasladan con facilidad. El perito no puede responder a determinados interrogantes, revisando los documentos en el lugar donde se encuentran, como bufetes de abogados, organismos oficiales, sedes judiciales, notarías, etc.
El análisis requiere concentración y sosiego ya que las respuestas no se revelan en el primer momento. Investigar comporta emplear diversos medios materiales que requieren espacio y tiempo para descubrir o confirmar hechos, que a simple vista no son perceptibles. La idea generalizada que el perito provisto de una lupa o un cuentahílos es capaz de dar una respuesta de forma instantánea, forma parte del pasado o de la ficción cinematográfica.
Por tanto hay que permitirle y facilitarle la toma de datos, fotografías, fotocopias y si fuera necesario autorizarle para que los examine en su laboratorio. Confiar en él, teniendo siempre presente que es un auxiliar de la justicia.

LA LEY ADMITE COMO INDUBITADOS AQUELLOS QUE RECONOZCA LA PARTE  A LA QUE PUDIERA PERJUDICAR
  
CARACTERÍSTICAS DE LAS MUESTRAS PARA COTEJO
Las denominamos muestras indubitadas porque conocemos el origen y su autor. Buscamos documentos, que no fueron realizados con fines periciales ya que provienen de actos de la vida pública o privada del sujeto de estudio, de períodos anteriores y posteriores de la fecha atribuida al documento cuestionado objeto del informe, tales como:
·         Cuadernos, cartas, agendas, diarios, libretas de apuntes  
·         Declaraciones de renta firmadas
·         Diplomas académicos,
·         Contratos de trabajo, nóminas
·         Archivos del DNI, pasaporte
·         Impresos de apertura de cuentas bancarias
·         Documentos bancarios intervenidos por fedatario público
·         Ingresos, reintegros, resguardos, plazos fijos, créditos, etc.
·         Firmas en protocolos notariales
·         Documentos privados presentados en organismos oficiales, instancias
·         Documentos obrantes en otros autos o sumarios  
·         En general documentos similares a los cuestionados, que han sido elaborados fuera de la actuación procesal.
Se evitan de esta manera las deformaciones voluntarias de su escritura, autofalsificaciones, que suelen realizar los sospechosos cuando se les toma muestras y que dificultan las labores de identificación.
Cuando no sea posible contar con este tipo de documentos, es necesario elaborar un cuerpo de escritura, que son las muestras de escritura y o firmas tomadas al sujeto de estudio. Igualmente textos mecanográficos tomados directamente de la máquina de escribir, impresora y copiadora involucrada o impresos, etiquetas, sellos de tampón, etc.
La toma de cuerpo de escritura se realiza en sede judicial con la presencia del secretario/a   judicial o funcionario/a que designe, que levantará acta, con la supervisión del perito calígrafo que posteriormente lo incluirá en el informe.  
En algunos casos, a instancia de una de las partes, se solicita al perito la toma de muestras a personas o máquinas, normalmente en presencia de testigos, para aportarlas como pruebas, generalmente al inicio de la causa. (Este tema, debido a su relevancia, lo desarrollaré en el próximo artículo).

TRATAMIENTO Y CUIDADOS DE LOS DOCUMENTOS
En todo análisis documental se requiere de muestras patrones para efectuar el cotejo con el material cuestionado. El material necesita un cuidado y una atención especial para su manejo y conservación facilitando así que el perito pueda realizar un estudio técnico y científico con las mayores garantías de eficacia e imparcialidad.
El protocolo adecuado es el siguiente:         

·         Los documentos se le muestran al perito calígrafo en las condiciones en que se encuentren, sin graparlos ni efectuar perforaciones, dobleces, ni marcas y sin modificar su contenido o superficie.

  • Utilizar guantes o pinzas adecuadas para no agregar signos de contaminación ni manipulación y por si fuese necesaria exploración dactiloscópica o biológica. En este sentido aplicarlo siempre a los escritos anónimos y los manuscritos.
  • Evitar presionar o escribir encima así evitamos que se formen marcas de relieve o calco.  
  • De enumerarlos se haría con lápiz blando, con suavidad, en una esquina del documento y preferiblemente por el reverso.
  • Todo documento debe ser preservado por separado, protegiéndolo en una funda de plástico transparente. Se anotará en hoja a parte la información necesaria para identificar su contenido, tipo de material dubitado o indubitado, autor, descripción, origen, características y estado de conservación, entre otros detalles.
  • De tener que enviar los documentos originales, es preciso tomar las debidas medidas de seguridad realizando fotocopias, fotografías o escaneándolos para conservarlos en el expediente.

Subrayar que cuando nos encontramos con la más mínima duda sobre la autenticidad de un documento es necesario consultar con un perito calígrafo cualificado, para que lo examine y nos asesore verbalmente de la viabilidad de realizar un informe pericial. Evitando así un gasto innecesario al cliente si la conclusión no le fuese favorable.
Refrendo
GABINETE DE CRIMINALÍSTICA DOCUMENTAL
ASOCIACIÓN NACIONAL DE EXPERTOS EN GRAFÍSTICA Y DOCUMENTOSCOPIA
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE EXPERTOS EN ANÁLISIS DOCUMENTAL
  



ARTÍCULO DE GABINETE REFRENDO EN LA REVISTA SALA DE TOGAS Nº 70

LA FIRMA, TIPOS Y CONSIDERACIONES PARA EVITAR FRAUDES

La firma es una forma gráfica autógrafa, elegida o asimilada, que utilizan las personas para identificarse ante los demás. Tiene una serie de características identificables, similares y coincidentes, como son la forma, la proporción, presión, enlaces, etc., que le dan carácter individual y diferenciador. Tanto es así que de darse el caso, que dos firmas sean exactamente iguales, una de ellas sería falsa.
En función de la evolución histórica y social, se ha otorgado valor jurídico a las diferentes representaciones de la firma para autenticar y confirmar su validez. Así, en el Código de Hammurabi, (1750 a. c.) se exigía que el documento que contenía la sentencia dictada, por tribunales civiles o religiosos, había de quedar escrita y sellada como garantía de su autenticidad.
En Roma se asignaba más valor a la prueba de testigos, que junto con las partes, firmaban el documento. La autenticidad del documento se llevaba a cabo en la ceremonia llamada manufirmatio, que consistía en la lectura del documento en voz alta por el notarius, a continuación se desplegaba sobre una mesa, pasando la mano por encima en señal de aceptación de su contenido y al final se escribían los nombres de los intervinientes. El desconocimiento de la escritura, hacía que muchos documentos no se firmaran.
La utilización de sellos o marcas personales fue un hecho muy común, ya que el arte de la escritura era ejercido por muy pocos, hasta el punto de que muchos reyes y emperadores de la antigüedad no sabían escribir ni su nombre; como el caso de Carlomagno, que siendo uno de los hombres más poderosos en el siglo IX de toda Europa occidental y aunque demostró interés por la cultura, no sabía escribir, debiendo autorizar las actas imperiales con una cruz realizada sobre su nombre (su firma) realizado por un escribano.

Bien entrada la Edad Media se generalizó el uso de sellos oficiales por parte de los funcionarios gubernamentales con el fin de garantizar la autenticidad de los documentos oficiales, práctica que más tarde se extendió a los nobles y caballeros, como un signo personal distintivo que permitiera conocer la identidad del autor del documento y que acostumbraban a llevar consigo en recipientes especiales.
La rúbrica es un elemento muy importante que forma parte de la firma, incluso en muchas ocasiones, es la firma. Data de la Edad Media, y al parecer proviene etimológicamente del latín rubrum (rojo). La rúbrica se colocaba al pie del documento, después se añadían tres palabras latinas con tinta roja, scripsit firmavit reconogvit, que de alguna manera daban fe de autenticidad oficial al mismo. Con el tiempo, estas palabras se fueron deformando hasta hacerse ilegibles, convirtiéndose posteriormente en dibujos embrollados. De tal modo que el pueblo llano, desconociendo su verdadero significado, interpretó aquel garabateo como un signo de buen gusto y distinción, intentando imitarlo. De alguna forma todavía, hay quien sigue considerando a las firmas con grandes rúbricas, como elegantes y propias de personas importantes.
Con la generalización del uso de la escritura y la necesidad de utilizar documentos públicos y privados, la firma manuscrita fue adquiriendo la importancia y la función que actualmente se le asigna y que se refleja en el reconocimiento de su valor jurídico.
La plasmación de una firma en un documento tiene tres funciones:
Identificativa, ya que sirve para identificar al autor de la misma, quien expresa su voluntad a través del contenido del documento, bien porque es legible y se puede leer perfectamente el nombre del autor, o bien porque aunque sea ilegible es un signo repetido por dicha persona de forma constante, y por tanto, conocido por los demás.
Declarativa, puesto que es el instrumento de la declaración de voluntad del firmante, ya que supone la asunción del contenido del documento y, por tanto, se hace también responsable de lo declarado en él.
Probatoria, porque permite identificar si el autor de la firma es efectivamente aquel que el contenido del documento manifiesta y que ha sido identificado como tal en el acto de la firma, ya que aunque la persona no reconozca haber firmado el documento, será elemento de prueba la verificación de dicha autoría mediante cotejos realizados por peritos calígrafos.
Algunas personas tienen más de una firma, que va evolucionando con los años y la realizan completa o abreviada dependiendo de la importancia del documento, de la cantidad de documentos a firmar por acto, de la solemnidad del momento, etc. Se distinguen tres tipos de firmas.
La firma entera o textual completa: Se compone del nombre, uno o dos apellidos y con frecuencia rúbrica que puede ser envolvente a modo de adorno. Este tipo admite el examen de casi todas las características que es factible realizar sobre un manuscrito, por lo que eleva la dificultad de la falsificación facilitando al perito llegar a conclusiones fundamentadas con solidez.
Media firma, firma simplificada o de tipo mixto: Se considera a aquella que es una abreviación de la firma entera, son rúbricas que suelen envolver algunos grafismos ilegibles y o legibles de desigual forma. Son realizadas normalmente por personas que firman con frecuencia, junto a la abundancia de peculiaridades gráficas y constituyen el más firme seguro contra su falsificación.
Visé: Es una firma muy simple que consta de un sencillo y abreviado trazado que se realiza en un solo movimiento escritural (sin levantar el útil del papel) y que se utiliza normalmente para dar conformidad o visto bueno. Dificulta las posibilidades de pronunciar una conclusión categórica sobre su autoría si no se dispone de abundantes muestras con las que cotejar.
Pese a la voluntad por certificar la autenticidad de las firmas, todavía en la actualidad es frecuente el intento de falsificarlas. ¿Cómo podemos evitar tener problemas con nuestra firma y evitar que nos la falsifiquen? He aquí algunas recomendaciones:

-       En el mismo acto de la firma, lea atentamente todas y cada una de las hojas que tiene delante, y asegúrese que está de acuerdo con todo su contenido. Recuerde que los documentos suelen tener “letra pequeña” a la que también estará obligado. Ante cualquier duda, consulte a un abogado o experto para que le informe a qué se obliga al firmar ese documento, y qué consecuencias puede tener.
-       Firmar siempre que se pueda en una posición cómoda, preferiblemente sentado, es importante que tenga movilidad el antebrazo y la muñeca.
-       Procurar firmar con la firma habitual y no con visé. Cuanto más sencilla sea su firma, más fácil será que la puedan falsificar. Si lo desea puede tener un modelo de firma más abreviado para firmar documentos de escasa relevancia. Pero debería ser una muestra sintetizada de su firma completa, es decir, que se pueda deducir que procede de su firma completa.
-       Si el documento que ha de firmar ha quedado redactado en más de una hoja, comprobar que las hojas estén numeradas y estampe su firma en cada una de ellas en el lateral o al final. Nunca dejar un espacio en blanco demasiado amplio entre el final del texto y la firma. Así evitará que puedan añadirse párrafos, frases o menciones posteriores al momento de la firma. Firmar justo debajo del texto impreso.
-        Jamás firme documentos u hojas en blanco, aunque tenga confianza con la persona que se lo pide. En la práctica sabemos que va a resultar muy difícil poder probar que una firma se dispuso en un documento en blanco, o parcialmente relleno y que el texto impreso que aparece no estaba allí o se puso después de su firma, es lo que se denomina abuso de firma en blanco.
-       Utilice el mismo bolígrafo o instrumento escritural para manuscribir sus firmas en un mismo documento. Así, será más fácil comprobar que la tinta de todas las firmas es la misma, y podrá demostrarse la posible unidad de acto a la hora de firmar.
-       Para hacer su firma más segura, los expertos recomiendan realizar intersecciones y cambios en la dirección de los trazos, mantenerla ilegible, hacer movimientos rápidos y fluidos y mantener una firma constante, es decir, cuya apariencia no cambie demasiado de una vez con otra. 
-       Es conveniente quedarse con copia del documento firmado y comprobar que figure la fecha.
-       Si aplica estos consejos, su firma será menos vulnerable a ser falsificada.
A pesar de que estamos en la era de los avances tecnológicos, y que la escritura manuscrita sufre uno de sus peores momentos, hoy día todavía se sigue firmando, y se sigue exigiendo en todos los contratos que se plasmen las correspondientes firmas por parte de los implicados, como una manera de responsabilizarse, social y jurídicamente.
Aunque sea un elemento proclive a su imitación y falsificación, la firma sigue siendo uno de los mejores signos personales de identificación, al ser totalmente imposible que alguien pueda usurpar en todos sus rasgos gráficos, al verdadero autor de la misma. Esto, probablemente, sea uno de los factores fundamentales que asegure su supervivencia en el futuro.

Bibliografía:
·         Martín, Rafael (2010). Documentoscopia (método para el peritaje científico de documentos). Madrid: La Ley
·         Orellana, Juan F. y Rafael (2014) Barcelona
·         Robles, Ángel y Vega, Antonio (2009). Grafoscopia y Pericia Caligráfica Forense. Barcelona: Editorial Bosch

Refrendo
GABINETE DE CRIMINALÍSTICA DOCUMENTAL
 ASOCIACIÓN NACIONAL DE EXPERTOS EN GRAFÍSTICA Y DOCUMENTOSCOPIA